sábado, 19 de diciembre de 2009

Tormenta de arena pasar, estrellas permanecer (dicho etíope, etnia dorze)

Por intermediación de mi amigo Paco fuimos hace unos días a una "cena africana" en casa de su amigo Javier.  En la mesa, 12 servicios (yo solo conocía a dos de ellos), cada uno tenía una tarjeta con su nombre y una máxima o refrán africano. Una sencilla pero sabrosa cena solidaria, con el objetivo de construir un pozo en Togo, donde cada plato tenía un origen africano, elaborado con el cariño de Miriam, cocinera en funciones. Hasta el vino era sudafricano.

Javier, el anfitrión, nos pidió en la sobremesa que cada uno hiciera una reflexión sobre su refrán, relacionándolo con su propia vida. El mío, que procedía de la etnia dorze, etíope: "Tormenta de arena pasar, estrellas permanecer", no podía venir más a cuento, asi que me lo puso fácil y procedí a relatar brevemente mi gozosa experiencia del cáncer de páncreas, el reencuentro conyugal, la fortaleza de mi mujer y de mis hijos, el apoyo y cariño de tantos amigos... Solo que olvidé comentar lo más importante: el sustento de mi alegría, mi confianza en Dios.

En todo caso, la reacción fue emocionante para ellos y para mi. Ellos se asombraban del relato, asombro que a mi me asombra, porque  nada veo de especial en ello, si no es lo notable de la propia curación en si misma. Pero la ciencia avanza a pasos agigantados y esto explica, creo yo, que hoy día sea muy normal detectar un cáncer a tiempo y acertar con el tratamiento adecuado. Y a mi me emocionó el cariño y la capacidad de comunicación que me dieron aquellos nuevos amigos, desconocidos para mi hasta un rato antes.

Apenas unos días después me han efectuado la prueba del pet-tac (un tac o escáner muy sofisticado, ¡con isótopo radiactivo y todo!) y el diagnóstico es: Sin evidencia de enfermedad macroscópica en el momento actual. Una estupenda noticia que no quiero dejar de compartir, aunque también es cierto que el hecho de estar realizado bajo los efectos de la propia quimioterapia puede encubrir algo el resultado de la prueba. En todo caso ha sido un estupendo regalo, se han adelantado los Reyes. Y aunque la guerra siga, con las espadas en alto, el enemigo está missing. La semana pasada este Capitán ascendió al monte Abantos (500 m. de desnivel) y esta semana ha dado la mejor analítica de la temporada.

En definitiva, vamos por muy buen camino, sigo con la quimio por un tiempo, ¡gracias por vuestras oraciones y Gloria al Señor!


Tormentas de arena pasad, 
¡ESTRELLAS (con mayúsculas) permaneced
(ahora, en imperativo, convertida en una bella oración)

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