miércoles, 30 de diciembre de 2009

De policias y ladrones... con chirigotas

A una amiga nuestra, Beatriz, le robaron en su casa y cuando llamó a la Policía le dijeron que el portero del edificio sabía quién había sido, pero que si lo declaraba y no encontraban nada en casa del presunto culpable, al que metían en la cárcel era a él, al portero (1ª)

Al día siguiente fué un policía a casa de Beatriz a buscar huellas. Le preguntó a si tenía polvos de talco y fixo. Cuando ella dijo que no, preguntó el policía:  "Entonces ¿cómo quiere que busque las huellas? (2ª)

"Si quiere que las busquemos en los cristales tiene que traer usted la ventana a la Comisaría", le dijeron (sic, 3ª)

Beatriz dice que le daba no sé qué ir por la calle con una ventana debajo del brazo, así que optó por ir sin ella. Cuando llegó, la sentaron en un banco a esperar y al cabo de un buen rato le echó una bronca el poli de la entrada por haber pasado sin decir buenas tardes (4ª)

Luego le dijeron que al día siguiente irían a su oficina (Beatriz era gerente de un gran supermercado) a preguntarle unas cosas. Fueron y no resolvieron nada pero uno de los policías le dijo que su cuñado vendía jamones y lomos, que si quería hacerle un pedido (5ª).

Al final, Beatriz vendió el piso (como alma que lleva el diablo) y no recuerda si terminó comprando o no los jamones del cuñado del policía, jajaja.

Creo que te lo he contado con las mismas palabras con las que nos lo ha contado ella.

De policias y tribunales están llenos los anales
(propongo su incorporación al refranero español) 

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