jueves, 29 de octubre de 2009

"En esta fiesta cristiana de Todos los Santos..."

"En esta fiesta cristiana de Todos los Santos quiero decir cómo entiendo y trato de vivir algunos rasgos de mi fe en la vida eterna. Quienes conocen y siguen a Jesucristo me entenderán.
Creer en el cielo es para mí resistirme a aceptar que la vida de todos y de cada uno de nosotros es solo un pequeño paréntesis entre dos inmensos vacíos. Apoyándome en Jesús, intuyo, presiento, deseo y creo que Dios está conduciendo hacia su verdadera plenitud el deseo de vida, de justicia y de paz que se encierra en la creación y en el corazón da la humanidad.
Creer en el cielo es para mí rebelarme con todas mis fuerzas a que esa inmensa mayoría de hombres, mujeres y niños, que solo han conocido en esta vida miseria, hambre, humillación y sufrimientos, quede enterrada para siempre en el olvido. Confiando en Jesús, creo en una vida donde ya no habrá pobreza ni dolor, nadie estará triste, nadie tendrá que llorar. Por fin podré ver a los que vienen en las pateras llegar a su verdadera patria.
Creer en el cielo es para mí acercarme con esperanza a tantas personas sin salud, enfermos crónicos, minusválidos físicos y psíquicos, personas hundidas en la depresión y la angustia, cansadas de vivir y de luchar. Siguiendo a Jesús, creo que un día conocerán lo que es vivir con paz y salud total. Escucharán las palabras del Padre: Entra para siempre en el gozo de tu Señor.
No me resigno a que Dios sea para siempre un "Dios oculto", del que no podamos conocer jamás su mirada, su ternura y sus abrazos. No me puedo hacer a la idea de no encontrarme nunca con Jesús. No me resigno a que tantos esfuerzos por un mundo más humano y dichoso se pierdan en el vacío. Quiero que un día los últimos sean los primeros y que las prostitutas nos precedan. Quiero conocer a los verdaderos santos de todas las religiones y todos los ateísmos, los que vivieron amando en el anonimato y sin esperar nada.
Un día podremos escuchar estas increíbles palabras que el Apocalipsis pone en boca de Dios: «Al que tenga sed, yo le daré a beber gratis de la fuente de la vida». ¡Gratis! Sin merecerlo. Así saciará Dios la sed de vida que hay en nosotros"
Lo dice Jose Antonio Pagola, en  http://mail.google.com/mail/?hl=es&shva=1#inbox/1249840fe16d43f2
Y yo lo asumo.
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Todos los Santos (B) Mateo 5, 1-12
CREER EN EL CIELO
JOSÉ ANTONIO PAGOLA
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIA, 28/10/09
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

jueves, 22 de octubre de 2009

No resisto la tentación de copiarlo: para que sepas que yo soy así de rico ¿TÚ TAMBIÉN?

 
Plata en los cabellos.
Oro en los dientes.

Piedras en los riñones.  

Azúcar en la sangre.

Plomo en los pies.
Hierro en las articulaciones.

Y una fuente inagotable de Gas Natural.

¡¡¡Nunca pensé que a partir de los 45 (y más...)
pudiera llegar a tener tanta riqueza interior, jejeje!!!

(... y ahora me entero que es de Mafalda-Quino; ¡con razón!)

domingo, 18 de octubre de 2009

Más sobre Viktor Frankl y su libro "El hombre en busca de sentido"

Le envié a mi amiga Elena, psico-pedagoga, un video sobre V.Frankl que me había gustado, de donde yo tomé las citas de mi escrito anterior. Ella, en una respuesta realmente emocionada, comenta así  la experiencia e impresiones que conserva de haber leido este libro (El hombre en busca de sentido) y otras obras de V.F.:


Es una mirada preciosa de la vida... y de la fuerza de nuestros gestos ante ella.

Para mí fue un punto de inflexión desde que le leí (mucho después le estudié con cariño en la carrera) ... descubrir que mi "actitud" ante las cosas dependía de mí, que podía pararme... y elegir, tener otro gesto o cambiar lo que hacía o hacerlo mejor..
Me hizo mucho más consciente de todo, más personita.
De hecho, me aportó un enfoque que ha marcado una gran cantidad de actitudes y decisiones en mi vida.. No sólo en mi vida global y en mis grandes pasos... sino en cada uno de los ratitos y pasitos de todos mis días.
Para mí, fue algo mágico descubrir que mi respuesta ante las cosas era "mía"... que mi actitud podía "elegirla" yo!
Y no sólo mi actitud, también mi conducta, mis palabras, mis gestos... con todo y con todos.
Que si no podía elegir lo que me pasaba, sí podía elegir lo que hacer con ello... cómo mirarlo, cómo sentirlo, cómo reaccionar, cómo vivirlo y hacerlo vivir...

Fue algo brutal.
De algún modo, me regaló mi propia responsabilidad ante la vida.

Muchas gracias...
y un beso

Y lo publico porque me parece que Elena hace un magnífico resumen de lo que Frankl ha sabido transmitir en su libro.

viernes, 16 de octubre de 2009

El miedo a lo desconocido

A Santos Terra, que con cariño me echa de menos en estas páginas, y a tantos amigos que nos habéis ayudado a luchar, a salir adelante sin miedo
             
Le han detectado un cáncer en la vejiga a mi simpática amiga María Luisa. A ella, que estaba siempre pendiente de mi operación y de mi convalecencia y que admiraba el buen humor con el que mi familia y yo mismo encarábamos mi cáncer. Y se ha tomado el suyo con una gran tranquilidad desde el primer momento. El día que le dijeron que era  maligno me manifestó que ella no se sentía enferma, “solo tengo que gestionar un problema”. Y así sigue, ahora que le han dicho que tienen que volver a operarla.

“El miedo -dice Martín Descalzo, citando a otro autor que no recuerdo- nos aparta de las derrotas pero también de las victorias”. Es verdad que hay un miedo racional y razonable, que nos ayuda a evitar peligros. Es el respeto hacia ciertas cosas, diría yo, el respeto a los abismos sin barandilla. Pero hablamos de otro miedo, del que no nos deja ser libres, el que nos arrincona y empobrece, nos atenaza y nos hace sufrir inútilmente. Es el miedo a lo desconocido, el que nos paraliza y hace sufrir cuando nos esforzamos en imaginar la peor de las posibilidades en nuestro horizonte vital. Quitarnos esos fantasmas de en medio es algo al alcance de cualquiera, pero también es una labor de todos los días.

Vivimos en la civilización del recelo y la aprensión, del miedo. Es mi modesta opinión que hoy, con todos los medios y tecnologías disponibles, con todos los avances sociales y grados de libertad que aparentemente nos ofrece “el sistema”, éste, en realidad, nos domina, creando más miedos e histerias colectivas que nunca antes en la historia. Colaboran las comunicaciones instantáneas y los que las manipulan. Se trata de invitarnos a la inacción, a la parálisis. No actúes que te la juegas. No debes salir a cuerpo limpio, tienes que cubrirte con mil y una pólizas de seguros, vehículos más seguros, casas más seguras, la calle está llena de peligros, ¡ojo!, no voy a Egipto, porque en Vietnam está la fiebre del pollo…! (caso real, en mi trabajo, en la agencia de viajes). Algunos pensamos que detrás de eso hay grandes negocios. El de la vacuna de la gripe A, por ejemplo… 
(buena info en
http://docs.google.com/Doc?id=df2c4c8_9dhwkdqcn&btr=EmailImport )

Y al optimista, al que sale a cara descubierta lo tildamos de inconsciente, de insensato, de chalado. Decía Gabriel Marcel -citado también por Martín Descalzo- que en nuestro tiempo "el deseo primordial de millones de hombres no es ya la dicha sino la seguridad"

En un bello poema, Viva el Perú, carajo, relata Jorge Donayre con desbordante optimismo la geografía, los caracteres, los terremotos, las inundaciones de aquel país y toda una filosofía de aceptación/superación de todas esas situaciones inevitables:

"Viva el hombre peruano,
al que no espanta la dura geografía
que Dios nos entregó como instrumento.
Sobre las conmociones cataclísmicas
que agitan los cimientos de los mares y la tierra
sembramos, desafiando terremotos, nuevas ciudades, nuevas casas.
Las riegan las lágrimas transidas de las viejas,
de los huérfanos niños, de los hombres.
¡Nosotros somos súbditos del temblor y el terremoto!
¡Viva el Perú Carajo!
También al huayco (alud), a las inundaciones, las sequías,
le sabemos sus caras de miseria.
Sus derrumbes, sus vértigos de sangre,
les conocemos desde viejas edades.
Y para todas esas camaradas desdichas,
hay un Pedro Quispe y una Juana Flores,
que a fuerza, de coraje, de sudor, de esperanza,
han atrapado un rayo enfurecido entre sus manos
y lo han hecho una estera de amor, un duro adobe,
ladrillo rojo, una vivienda rústica, una torre;
el perfil majestuoso de una iglesia,
un pueblo, una ciudad y una costa
o una sierra de continuadas urbes
que se levantan y caen ¡sin miedo a nada!
¡Viva el Perú Carajo!"
(se puede disfrutar, cantado y completo, en el video:
http://superavefenix.blogspot.com/2008/07/viva-el-per-carajo.html  )

Del gran psiquiatra, Viktor Frankl (1905-1997), que vivió las dos grandes guerras, la segunda en hasta cuatro campos de concentración, entresaco varias frases de su interesante libro, El hombre en busca de sentido:

“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor siempre podrás escoger la actitud con la que confrontes ese sufrimiento”

“Al aceptar el desafío de sufrir con entereza, la vida mantiene su sentido hasta el último instante, lo conserva hasta el final"

“Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas –la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino- para decidir su propio camino”

Y, por último,  “El amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su sentido más profundo en el ser espiritual del otro, en su yo último,… sella conmigo tu corazón pues fuerte como la muerte es el amor”

Para mí, es este sentido del amor que todo lo trasciende, la fe que me transmitieron mis padres y mis educadores, la que me ayudan a sustentar mis amigos; ella es, digo, el origen de cualquier fuerza que me permite superar situaciones difíciles y que me regala flashes de felicidad tan a menudo.


Me despido con Giovanni Papini, que escribe en La felicidad del infeliz: "He perdido el uso de las piernas, de los brazos, de las manos, he llegado a estar casi ciego y casi mudo. Pero no hay que tener en menos estima lo que aún me queda, que es mucho y mejor: siempre tengo todavía la alegría de los otros dones que Dios me ha dado. Tengo, sobre todo, la fe"